Para mis madres
Juana y Clemen
Una vez me dijeron
que las piedras tenían sentimientos.
Nunca jugué al
piedra, papel, tijera.
No jugué porque no
le encontraba sentido.
Ahora tampoco se lo
encuentro.
Tengo cuarenta años
y siempre me sentí fea.
Tengo tres hijos, un
marido y un gato.
Mi sentido de la
posesión es absurdo.
Digo tengo pero no
tengo.
Me quieren, les
quiero…
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